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Ine Lanfranchi representará a San Luis y sus relatos fantásticos en la Comic Con de Costa Salguero



Redacción Redacción

Los días serán 8 / 9 y 10 de diciembre Ine Lanfranchi y Fernando Molinari fueron convocados nuevamente por los organizadores de la Comic Con, particularmente por Ramiro San Honorio - guionista, escritor, investigador, docente universitario - para compartir la previa a la edición de Seres Mitológicos y Fantásticos de San Luis. La autora comparte como primicia para EL MERLINO uno de sus textos, donde relata lo vivido por Ariel de Carpintería. 15325212 703556286471455 8110026509836216519 o

Khanas y el caminante del cielo. Relato basado en una experiencia de Ariel de Carpintería.


Esa noche nacería con intención y eso se notó desde la tardecita, cuando el niño Ariel fue a la plaza de su pueblo a jugar al futbol. El pulso comenzó a vibrar:

- Volvé antes del anochecer, mirá que no hay luces en el camino y tenés que subir un kilómetro por las sierras – dijo su padre.

Ariel movió la cabeza con gesto responsable y bajó a pasar una tarde entretenida con sus amigos.

Primer latido.


El juego fue por demás entretenido, la pelota cuanto más desinflada más divertida estaba al punto que recordó las palabras de su papá tarde, cuando la noche estaba llegando a la plaza.

Segundo latido.


Emprendió la subida a la montaña con las últimas luces del atardecer en el valle. El sol se ocultó en las sierras centrales de San Luis y con el frío que su despedida emana llegó la oscuridad.

Tercer latido.


En ese instante se produjo una expansión de la luz. Como si de su plexo solar se hubieran salido chispas. Sus ojos se abrían como los de un gato en la noche cuando encontró que delante de él se juntaban un grupo de luciérnagas, de Khanas, que se alzaron brillantes para iluminar el camino.

Parecían estrellas que habían bajado del cielo uniéndolo con la tierra, integrando el todo, lo arriba con lo abajo y los costados eran totalidad. Ariel salió a volar justo en el momento en que olvidó la recomendación de su padre. Su espacio interno era otro y el externo, oscuro y latiente estaba iluminando su camino.

Cuarto latido.


Se relajó, se vio libre, protegido por las Khanas de la noche. Allí iban siempre a la misma distancia delante de él, iluminando el camino. Ellas, hermanadas, habían entrado en complicidad con la oscuridad y seguían iluminando sus pasos. 

Quinto latido.


Las pulsaciones eran un diálogo, iban y venían del todo a Ariel y de Ariel al todo. ¿Qué estará sintiendo con esa idea de trasladarse a lo desconocido sin garantía alguna? Confianza, eso sentía. Cada cien metros aproximadamente había una tranquera, pero en la oscuridad no diferenciaba si era de su casa o no. Las Khanas seguían derecho. El misterio se le hacía cada vez más emocionante. Esa realidad se alimentaba con su creencia:

- Las luciérnagas me guían hasta mi casa - y ellas así lo harían.

Ese era su camino más allá de la noche, más allá de su padre, sostenido en la certeza del latido compartido con el todo. A pesar de estar viviendo en un lugar tan alejando, él sabía caminar. A través de ellos se erguía una columna invisible entre el cielo y la tierra. 

Sexto latido.


Finalmente, las Kahanas doblaron hacia un costado y traspasaron una tranquera. A lo lejos identificó su casa. Ellas se dispersaron y esfumaron en la antorcha celestial. Lo habían guiado latido a latido. Corazón a corazón.

El latido es el pulso,

vibrar de la tierra, del vientre que gesta,

siete latidos a la magia que gesta libertad,

para parir siete veces siete


Séptimo latido. 


Ine Lanfranchi


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