Leí Elisa. Al libro logré comprarlo la semana pasada. Ayer por la tarde lo tomé, al rato él me tomó y recién me soltó a las 4:30 de la madrugada cuando llegué al punto final. Primero la sorpresa... Cómo de la épica fantástica Liliana me pudo llevar a la realidad mas cruda de esa joven con el mismo encanto literario, tacto y metáfora. Es una gran creadora de realidades. Luego la técnica vista en los cursos, es un ejemplo práctico con el arte de los Dioses en su alma, el lenguaje y sus variables culturales, los narradores y sus tiempos cronológicos en la historia, un poco de aquí y un poco de allá, un poco de Elisa y un poco de Abel Moreno.
El intertexto con la música, todas ellas, cumbia Ramazzotti, clásica con la cadencia que le pone a la trama, los personajes, los diálogos al narrador. Una verdadera maravilla. La ideología aparece de repente, sacar de una línea del texto, la voz de la escritora que dice, que acuerda y desacuerda.
El ritmo... al final quedé con mucha adrenalina y tensión. La protagonista se salvó pero Liliana no dio terminada allí la obra. Nos consoló con los capítulos siguientes,me fueron relajando como una caricia tras una pesadilla. Y al final yo cerré el libro con una alegría de ritmos mas bajos. Con profunda y consciente calma.
Decir sin decir... está en todas las páginas y uno se siente parte del descubrir la escena. Luego, entre luces y sombras pude dormir a las 5:30 de la mañana.
Ine Lanfranchi