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UNA MADRE DE VILLA MERCEDES HACE 20 AÑOS QUE ESPERA JUSTICIA POR LA MUERTE DE SU HIJO EN UNA COMISARIA



Redacción Redacción

Mirna García contó que su hijo, Osmar, fue detenido en diciembre de 1995, trasladado a la comisaría 9° y asesinado a golpes. En su larga lucha por justicia, reveló que el entonces gobernador, Adolfo Rodríguez Saá, “me quiso callar con dinero y una vivienda”.

A las 9 de la mañana del 12 de diciembre de 1995, un policía llamó a la puerta de la casa de Mirna García. “Señora, a su hijo lo encontramos muerto en la calle”, le dijo el efectivo. Pero la mujer pudo averiguar que, en realidad, Osmar García (22) habría fallecido en la comisaría 9°: “lo llevaron detenido porque supuestamente estaba causando disturbios en la vereda de una casa. El informe de la autopsia dejó en claro que lo mataron a golpes. Además, otro joven que estaba detenido en el mismo lugar contó cómo lo habían golpeado dos policías”.

Pero nada pudo lograr en los 20 años de reclamos: “ningún policía de los que estaba en la comisaría 9° cuando llevaron a mi hijo fue llamado a declarar. Ni siquiera a mí me citaron para que contara lo que había averiguado, pese a que hice las denuncias. Todo se tapó con la versión de que los habían encontrado muerto. Incluso la policía culpó a otro joven, uno conocido como ‘El Huevo’ Sosa, del homicidio. Pero todo eso fue una gran mentira para tapar lo que realmente pasó”.

Mirnarelató que la noche anterior Osmar había salido. “Volvió a eso de las 3 de la madrugada. Estaba bien. Comió helado, pidió un cigarrillo y después me dijo que se iba a la casa del padre. Pero a pocas cuadras, en la vereda de la casa de un vecino, en la esquina de Arenales y Brasil, lo llevó la policía porque, según denunciaron, estaba provocando disturbios”.

La versión de la policía fue que Osmar habría sido golpeado en la cabeza por ‘El Huevo’ Sosa. “El médico forense de aquel momento dijo que tenía una lesión interna y que, por eso, se había muerto cinco horas después, a las 6 de la madrugada. O sea que mi hijo tenía esa herida cuando vino a mi casa, habló lo más bien, comió y después salió caminando a la casa de su padre. Es algo increíble que haya sucedido algo así”.

La mujer pudo averiguar al menos dos apellidos de los policías que esa madrugada estaban en la comisaría y que tendrían responsabilidad en la muerte de su hijo: “Uno era Fernández y otro Vílchez. Incluso, el vecino que había llamado a la policía porque supuestamente mi hijo estaba causando disturbios, fue citado esa mañana a la comisaría. Fue a eso de las 7.30 y escuchó cuando uno de los policías le decía a otro que se les había ‘ido la mano’ y con el detenido. Era mi hijo que a esa hora ya estaba muerto”.

“Esa misma versión fue ratificada por un joven que estaba detenido y que después declaró cómo habían golpeado a mi hijo cuando estaba en la comisaría. El informe médico detectó lesiones en todo el cuerpo. En la cabeza, en la cara, estómago, espalda, brazos, antebrazos, codos, manos piernas, rodillas…además de fracturas en los huesos de la nariz. Se demostró que mi hijo apareció totalmente mutilado en una institución responsable de preservar la salud y la vida de las personas”, agregó.

Osmar Tenía 22 años, era mi sostén, trabajaba para ayudarme a mí y a su hermano menor. No puede ser que la misma policía lo haya golpeado hasta matarlo, que nunca se investigó y que los responsables no hayan pagado por lo que hicieron”.

“Adolfo Rodríguez Saá me quiso comprar para que no denunciara más”

“Nunca tuve manera de hacerme escuchar ni llegar a la Justicia para que se investigue lo que pasó. Solamente pude reclamar cada vez que venía el gobernador (Adolfo Rodríguez Saá) a algún acto en Villa Mercedes. Me plantaba con un cartel y trataba de hacerme oír”, comentó.

Pero la respuesta que obtuvo habría sido una especie de “contrapropuesta” del entonces gobernador de San Luis: “Adolfo Rodríguez Saá me ofertaba plata para que me callara”.

“Lo tengo que decir así, porque fue lo que pasó. En una ocasión, durante un acto, se acercó y me dijo ‘¿cuánta planta querés? Yo le contesté que lo único que buscaba era justicia. Otra vez, me había citado el gobernador para una audiencia. Fui con mi hijo pequeño. Allí volvió a ofrecerme dinero, una vivienda, un sueldo mensual y pagarle los estudios a mi hijo menor. Por supuesto que le volvió a responder lo mismo”, afirmó.

Recordó que al día siguiente, su hijo menor “que entonces era un niño, empezó a juntar sus cosas y cuando le pregunté por qué lo hacía me contestó que era porque el gobernador dijo que le iba a dar una casa”.

Mirna García confesó que durante los primeros tiempos, tras las negativas a guardar silencio, “era muy frecuente que vinieran policías a mi casa, que me llamaran, que pasaran por el frente o que se escucharan disparos durante la noche. Todo porque pedía que se aclarara lo que pasó con mi hijo”.

Otro de los datos que suman más sospechas fue lo ocurrido dos años después del homicidio de Osmar. “El joven a quien la policía culpó del asesinato, apareció muerto. El había asegurado que no tenía nada que ver con lo sucedido y que esa noche no se había encontrado con mi hijo. Pero lamentablemente murió”.

“Son muchos años pero tengo esperanzas de que alguna vez la justicia haga algo. Que por lo menos investigue y me dé una respuesta”, añadió.


fuente sanluisnoticia.com.ar

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