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En el juicio se ventilan los delitos de privación ilegítima de la libertad, tormentos, violación,homicidio, encubrimiento y asociación ilícita, en perjuicio de 46 víctimas.
Durante la manaña y con la presidencia de Oscar Hergott, pudo escucharse la declaración de Roberto Francisco López , ex administrador de la Cerámica San José, lugar de trabajo de los desaparecidos Rafael Roberto García, secretario General del gremio de la cerámica, y de Nolasco Leyes, operario de la misma fábrica.
Según en relato de López, la vida laboral durante el proceso militar era "muy dificil" ya que por un lado los 120 trabajadores de la cerámica "respondían al asesoramiento del abogado Bernasconi que se manejaba como el dueño del lugar" y por otro, casi todos los días "el Ejército y la policía provincial hacían requisas en el lugar".
López afirmó que la noche que desapareció García, se retiró de la cerámica a las 5,45 de la mañana, haciendo uso del permiso gremial que le correspondía.
"Diez minutos más tarde llegó el Ejército y me preguntó por él -recordó- y cuando les dije que se había retirado me dijeron: `Entonces se nos escapó`".
Días más tarde los comandos de tareas regresaron preguntando por Nolasco Leyes, un operario que manejaba una pala cargadora y que al momento de su detención se estaba bañando.
"Se lo llevaron como estaba -aseguró- desnudo y casi enjabonado".
Lopez sostuvo que su detención se produjo aproximadamente a las 21,45 horas y que en el operativo participaron 6 personas" "Al otro día regresaron con la sección canes afirmando que Leyes "se les había escapado", indicó.
"Los allanamientos se repitieron, en varias oportunidades y en ocasiones dos veces por día, revisando los túneles y canteras de la empresa y bajo la consigna de que si Leyes regresaba por allí debían dar aviso inmediato a las autoridades militares", dijo.
López sostuvo que "yo se que esta gente militaba en Montoneros", porque otro empleado del lugar, Alfredo Richard, le había confesado que "en uno de los cofres de los operarios encontré 90 fichas de afiliación a Montoneros y las quemé en la fragua para salvarlos" .
Finalmente López sostuvo que "los militares nos aseguraron que se trataba de gente muy peligrosa que ellos estaban siguiendo para llegar a sus jefes y que en sus casas habían encontrado libros de como preparar bombas".
Junto al testimonio de López, los jueces escucharon además a Gabriel Raúl Pana, concuñado de García; Oscar Antonio Tripi, encargado de la oficina de cementerios de la municipalidad local desde 1996 y de Luis Daniel Contreras, testigo en un allanamiento a la casa de Graciela Fiochetti, asesinada por el proceso militar.