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Alguien cercano contó ayer que recién cuando fue trasladado a la Penitenciaría, tras la muerte de Leandro Daniel Bustos, el inspector Jorge Alejandro Chavero se quebró o tomó real dimensión de lo que había pasado el 28 de octubre a la madrugada. Y que entonces comenzó a convencerse de que era hora de decir que él no había gatillado la itaka, causándole a Leandro las lesiones que lo llevarían a perder la vista, primero, y la vida, después.
Esa madrugada, en la patrulla, Chavero iba con un compañero, el inspector Matías Balada. El policía detenido aseguró que su par fue quien le dio un golpe de puño a Leandro, una patada al Peugeot 206 del joven y le disparó a la cara.
¿Por qué un efectivo que, según algunas fuentes, tenía un sumario impecable se hizo responsable de un delito que no cometió y no habló antes, para aclarar todo?.
Según Chavero, Balada le explicó que él no tenía un legajo tan prolijo como el suyo. Por eso le pidió que no lo delatara y se hiciera cargo. “Le dijo que iba a perder el trabajo y la familia y que si le pasaba algo se iba a suicidar. Por eso Chavero, que no era amigo de Balada, sino sólo un compañero, lo ayudó. Creyó que no se trataba de un hecho grave, y se mantuvo en eso, hasta ahora”, resumió el abogado de Chavero, Rodolfo Mercau.
Ya en la cárcel “tuvo entrevistas con una psicóloga y empezó a razonar en que él también tiene una familia”, además de una carrera, agregó. Y eso lo decidió a hablar.
La semana pasada, antes de que Chavero resolviera dejar el silencio, hubo algunas declaraciones que apuntaban a que el autor del tiro no era el inspector detenido. Una fue la de Mariquena Benítez, novia de Leandro, testigo presencial.
La adolescente contó en el juzgado que quien había accionado el arma era el agente que manejaba la patrulla. Un vecino dio un testimonio coincidente: dijo que vio que el policía que tenía la itaka se la pasó de una mano a la otra para abrir la puerta del lado del conductor del móvil e irse de la casa de los Bustos. Según las actuaciones, Balada iba al volante.
“Chavero era el más antiguo, quien iba a cargo. Balada iba de chofer”, aseveró ayer Mercau.
Si la hipótesis es que quien tiró era el conductor, Mercau tiene una prueba que confirmaría que su defendido iba sentado a la derecha. “Tiene el carné vencido. Y los policías no pueden manejar si no tienen la habilitación”, refirió.
De todos modos, la semana pasada, en un reconocimiento en rueda de personas, Mariquena no pudo identificar a Balada y a Chavero.
La patrulla siguió el 206 de Leandro cuando éste volvía con su novia de una comida con familiares. Camino a su casa, en el barrio Jardín del Sur, los vehículos tuvieron un roce. Por eso los agentes habrían decidido ir tras Bustos.
Chavero declaró ayer que en la entrada de la casa del chico, Balada discutió con Leandro, le dio un golpe en el maxilar con el reverso de la mano y le pateó el auto. Mariquena, para evitar que la pelea llegara a mayores, tomó a Leandro de un brazo y lo hizo entrar a la casa.
Pero Leandro, exaltado porque el policía le había dañado el vehículo, salió de nuevo e increpó a Balada diciéndole “¿qué?, ¿me vas a disparar?”. Y Balada gatilló. El inspector procesado contó que estaba muy cerca, prácticamente a la par de su compañero, cuando Bustos fue herido, dijo Mercau.
Según Chavero “Balada dijo que disparó porque vio un arma, algo totalmente contrario a lo que había dicho en su momento (en el acta del procedimiento), cuando afirmó que vio un metal y por eso hizo el disparo”, relató el abogado de la familia Bustos, Jorge Merlo.
El policía ahora detenido no advirtió que Bustos había sido lesionado y no escuchó que gritara, sostuvo ayer su defensor.
Dijo también que los policías pasaron luego frente a la casa haciendo un recorrido con efectivos del Comando Radioeléctrico, y que no volvieron para limpiar la escena y llevarse pruebas, como dijo la familia Bustos.
“No tenemos que demostrar que Chavero es inocente. La Justicia tendrá que investigar y probar si Chavero es culpable. Nunca dijo ‘fui yo’. Y no ha surgido del expediente que él sea el autor”, consideró.
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