En conversación con vecinos, nos expresan el estado de alerta y preocupación por la repentina medida de La Secretaría de Medio Ambiente de la Villa de Merlo de no recolectar los excrementos de perros. Según diversas fuentes de información, las cacas que quedan en la superficie pueden provocar problemas de salud ya que son dañinas para el ser humano que por la vía respiratoria inhala estos desechos que contienen parásitos, virus y bacterias pudiendo provocar enfermedades gastrointestinales, oftalmológicas, quistes e incluso aborto en gestantes. Argumentan que se trata de una medida anti-sanitaria con peligro de salud poblacional.
Las enfermedades parasitarias son crónicas, esto significa que un niño puede ingerir huevos de parásitos y recién enfermar de adulto o luego de muchos años. Tenemos el caso de distintas municipalidades que tuvieron que cercar parte de las plazas, realizando caniles para perros ya que se detectaron niños contaminados por bacterias provenientes de heces. Es importante destacar que mientras la mayoría de los municipios del país alienta a los ciudadanos a recolectar las heces de los perros, incluso en algunas multan a quienes no lo realizan, en la Villa de Merlo se tomó la sorpresiva medida de que cada vecino se haga cargo de las cacas. La respuesta de la directora de la secretaría de Medio Ambiente a quienes plantearon el tema, fue: “que se podían arrojar por el inodoro o taparlas con un poco de pasto o tierra ya que estas enfermedades que le pueden traer a la población, son las mismas enfermedades que le pueden ocasionar a los recolectores y a la gente que trabaja en la planta de residuos El Jote, ya que ellos deben manipular los deshechos con sus manos.” Por su parte, los vecinos explican que entienden la difícil tarea de la gente que se encarga de separar la basura, entendiendo que realizan sus tareas bajo protocolos establecidos y medidas de seguridad, utilizando los elementos correspondientes como guantes, trajes, máscaras, etc. Este tipo de medidas podría generar que los vecinos comiencen a mezclar su basura con las cacas de perros, lo que dificulta aún más el trabajo de la gente que se encuentra separando en la planta de reciclaje. Tapar los excrementos con pasto o tierra no es una opción dado que el olor nauseabundo, las moscas, los gusanos y otros insectos provocarían graves inconvenientes y perjuicios entre vecinos, generando focos infecciosos en toda la Villa. Son varios los vecinos que separan este tipo de residuos en bolsas de plástico resistente, para que la recolección sea más eficiente y no se mezcle con el resto de la basura. Si bien es sabido que las heces de herbívoros (vacas, caballos) pueden utilizarse como abono, no es el caso de los carnívoros como perros y gatos. Para que éstas se puedan utilizar como abono hay que someterlas a un tratamiento especial con un biodegradador o un contenedor de compostaje para mascotas, para mezclar el excremento con un preparado a base de materia orgánica y bacterias con gran resistencia a altas temperaturas.
En la Secretaria de Medio Ambiente de Medellín, Colombia, un país avanzado en políticas y planificación referentes al Urbanismo y Medio Ambiente, las mezclan con aserrín, las someten a altas temperaturas y logran el abono para vender o reutilizar en los espacios verdes, por supuesto que los empleados que se dedican, lo realizan bajo medidas de seguridad con trajes especiales, guantes y máscaras. Según los expertos del Ministerio de Salud (Minsa), la contaminación con heces de perros puede ser de mayor o menor grado, pero el riesgo para la salud es alto porque los huevos de los parásitos flotan en el medio ambiente
y pueden ser absorbidos por una persona al respirar. Sabiendo que las cacas de perro al aire libre se secan y se convierten en polvo que respiramos o ingerimos al consumir alimentos preparados en la calle. Algunas fuentes consultadas
Reciclado excremento de perros
Cuatro mitos sobre la caca de perro
